Tu misión es vivir cerquita de Dios
Tu misión es vivir cerquita de Dios

Tu misión es vivir cerquita de Dios

Introducción

Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la Batalla de Okinawa en la Segunda Guerra Mundial y se convirtió – debido a que salvó a 75 hombres sin la necesidad de portar armas– en el primer objetor de conciencia en la historia de Estados Unidos en recibir, de manos del entonces presidente Harry Truman, la Medalla de Honor del Congreso en 1945.

En mayo de 1945, mientras las tropas alemanas se rinden en el otro lado del mundo, las tropas japonesas continúan defendiendo fieramente sus territorios, aunque sólo les queda la fuerza de Okinawa y la resistencia de la escarpa de Maeda. Los hombres en la división de Desmond intentaron capturar la escarpa de Maeda, una pared de roca imponente que los soldados llamaron “Hacksaw Ridge” (montaña de la sierra de metales). Después de que el ejército aseguró la parte superior del acantilado, los estadounidenses se sorprendieron cuando de repente las fuerzas enemigas se precipitaron en un contragolpe vicioso y fiero. Los responsables de la misión solicitaron una retirada inmediata.

Los soldados se apresuraron a bajar por el acantilado; menos de un tercio del grupo logró llegar nuevamente hasta abajo. El resto yacía herido; cuerpos repartidos por todo el suelo enemigo, muchos estaban muertos y otros gravemente heridos. Un soldado solitario desobedeció las órdenes y decidió auxiliar a sus compañeros sin importarle que la muerte lo estaba rondando. La férrea determinación y el coraje inquebrantable de Desmond dieron como resultado, al menos, 75 hombres salvados ese día, un 5 de mayo de 1945, precisamente su día de reposo: el sábado.

Después de reestructurar las estrategias, los estadounidenses tomaron Hacksaw Ridge, Okinawa fue capturada sangrientamente, y varios días después, durante una incursión fallida, Desmond fue gravemente herido. Escondido en un agujero de concha con dos tiradores, una granada japonesa aterrizó a sus pies. La explosión lo envió volando provocándole gran daño en una de sus piernas y en la cadera. Él trató sus propias heridas lo mejor que pudo, pero al intentar ponerse a salvo, fue alcanzado por una bala de un francotirador que se le incrustó en el brazo. Herido, en el dolor y la pérdida de sangre, él continuaba colocando, por encima de su propia vida, la seguridad de los demás. En ese momento sus compañeros no tenían dudas al respecto: “Desmond elegiría morir para que otro más viviera”. Después de todo, esa era una de las lecciones aprendidas en la Biblia.

Tu misión es vivir cerquita de Dios. Desmond Doss

Génesis 32:9-12 Jacob ora a Dios pero como si le orase a un Dios distante. Después de ver el obrar de Dios incluso en situaciones tan difíciles que Dios le permitió vivir el expresó que todo por Dios se mantenía y cumpliría sus promesas hacia él y sus padres (Génesis 48:15-16).

1 Reyes 11:1-9 Salomón decayendo sus últimos días dejando de lado la compañía de Dios aun cuando se le había aparecido dos veces.

2 Reyes 4:1 El profeta que había dejado a su familia endeudada.

Estas historias nos muestran que para estar cerca de Dios hay que tener presente todo el consejo de Dios.

Filipenses 3:7-15

a. A fin de conocerle: Esta era la simple petición del corazón de Pablo. Era una petición desconocida para el legalista, quien debe de enfocarse necesariamente en su desempeño y estatus para encontrar algún tipo de paz con Dios. Pero Pablo quería a Jesús, no a si mismo.

i. El conocer a Jesús no es lo mismo que conocer Su vida histórica; no es lo mismo que conocer doctrinas correctas con respecto a Jesús; no es lo mismo que conocer Su ejemplo moral, y no es lo mismo que conocer Su gran obra a favor tuyo

    • Podemos decir que conocemos a alguien porque le reconocemos; debido a que podemos distinguir que es diferente sobre ellos en comparación con otras personas.
    • Podemos decir que conocemos a alguien debido a que estamos familiarizados con lo que hacen; conocemos al panadero porque obtenemos nuestro pan a través de él.
    • Podemos decir que conocemos a alguien porque realmente hemos conversado con ellos; hemos platicado de asuntos con esa persona.
    • Podemos decir que conocemos a alguien debido a que pasamos tiempo en su casa o con su familia.
    • Podemos decir que conocemos a alguien debido a que hemos dedicado nuestra vida para ellos cada día, compartiendo cada circunstancia como en un matrimonio.

Aún, más allá de todo esto, hay una manera para conocer a Cristo Jesús que incluye todas estas, incluso va más allá de ellas.

“Ellos me dicen que es un refinador, que él limpia manchas; él me ha lavado en su sangre preciosa, y hasta ese grado yo le conozco. Ellos me dicen que él cubre al desnudo; él me ha cubierto con un manto de justicia, y hasta ese grado yo le conozco. Ellos me dicen que él quebranta, y que él quiebra las cadenas, él ha liberado mi alma, y por lo tanto yo le conozco. Ellos me dicen que él es un rey y que el reina sobre el pecado; él sometió a mis enemigos debajo de sus pies, y le conozco en ese carácter. Ellos me dicen que él es un pastor: yo le conozco pues soy su oveja. Ellos dicen que él es una puerta: yo he entrado a través de él, y le conozco como la puerta. Ellos dicen que él es comida: mi espíritu se alimenta de él así como del pan del cielo, y, por tanto, yo le conozco como tal.” (Spurgeon).

No que lo haya alcanzado ya: Pablo hablo con tal madurez y pureza espiritual que podríamos esperar que él creía que él había conquistado todas las dificultades espirituales y viera él mismo el haber llegado cerca de la perfección. Aún, él nos aseguraba que no era así. No había perfeccionismo en Pablo.

Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: Aquellos que realmente son perfectos [maduros] tendrán esto en mente [sentir]. Si no lo tienen, Pablo confía en que Dios revelará la necesidad de tenerlo.

Hebreos 5:7-9
Aún Cristo mismo fue obediente. Llevó una vida de dependencia y humillación ante el Padre celestial. Cuanto mayor ejemplo podemos tener que el del hijo de Dios dándonos la clave para llevar una vida en obediencia y centrada en la adoración al Señor.

Mateo 28:19-20

Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo: Jesús envió a sus discípulos con una misión a cumplir, pero no los envió solos. La promesa de su constante presencia era más que suficiente para fortalecer y guiar a los discípulos mientras ellos obedecían a Jesús haciendo discípulos a todas las naciones.

i. La promesa de su presencia es completa. “El adverbio en español ‘todos’ traduce una expresión encontrada solo aquí en el Nuevo Testamento – estrictamente, ‘el todo de cada día’. No solo el horizonte está a la vista, sino cada día conforme lo vivimos.” (Carson)

Como Jesús prometió, “estoy con vosotros todos los días,” entonces trabajamos junto con Él en todo su servicio. Ciertamente trabajamos para Jesús, pero más que eso, trabajamos con Jesús.

iii. Su presencia significa protección, porque nunca estamos fuera de su vista o su supervisión.

iv. Su presencia significa poder, porque mientras cumplimos su gran mandamiento, trabajamos en Su nombre.

Su prescencia significa paz porque siempre nos recuerda que la iglesia pertenece a Jesús. Es su iglesia, y su obra. ¿Cómo, entonces, podemos preocuparnos?

vi. “Cuando Cristo dijo, ‘Yo estaré con ustedes,’ pueden agregar lo que deseen; para protegerlos; para dirigirlos, para consolarlos, para continuar con el trabajo de gracia en ustedes, y al finar para coronarlos con inmortalidad y gloria. Todo esto y más está incluido en esta preciosa promesa.” (Trapp)

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